"No matarás"
“No matarás” Ilich se recostó sobre el rellano de la escalera que subía a ningún lado, porque del edificio solo quedaban escombros. Percibió un hilo de sangre escurriéndose por la manga del pantalón, pero por miedo, no quiso mirar cuán grave era su herida. Cerró los ojos, tomó su pierna y la acomodó para que el dolor fuese menos intenso. Cargó las dos últimas balas en la recámara del revólver y con calma, dispuesto a esperar, encendió un cigarrillo y aspiró una bocanada larga de humo. Las sombras ya se disipaban entre los destellos del alba. El sol, todavía lejos, colaba su resplandor tenue entre el humo de los bombardeos de la noche pasada. De a ratos escuchaba los ayes agónicos de los heridos que no podría auxiliar. “Quédate aquí, no podemos cargarte más” le dijeron, “¿Cuántos serán ellos?” Preguntó. “Mmm..., no sé, quizá 20, quizás 1, ó 2, no lo sé, las bombas no discriminaron anoche, hicieron una masacre”. “Tenés buena puntería”, añadió el capitán, ...