Malaqué, un pueblo en cuarentena
Malaqué, un pueblo en cuarentena Malaqué era un pueblo en una isla minúscula, donde el sol quemaba en el invierno y abrasaba aún más en el verano. Para algunos, su único atractivo eran los olivares. Impulsados por la soledad que les imponía el río, los malaqueños eran huraños y socializaban poco entre ellos y menos aún con los pobladores de San Agustín, dónde accedían cruzando el río de cuando en cuando, y solo para las compras de subsistencia. Cuando empezó la peste en Malaqué, todos corrieron a sus casas y se encerraron en cuarentena a esperar a que pasara. El médico en la sala de asistencia dijo lo que se acostumbra cuando el diagnóstico es incierto, “es un virus”, y en este caso, …lo era. Lo cierto es que en ese pueblo solitario la calamidad se expandió y a los pocos días casi todos mostraban unas pústulas que daban escalofríos de tan solo mirarlas, pero a nadie le importó porque como decían allí, “mal de muchos…” Tampoco importó a los políticos, qu...