Un aporte patriótico
Un aporte patriótico (*) El impacto hizo temblar el parabrisas cubriendo todo con una baba rojiza. Carlos Villar espió por el área de vidrio que aún quedaba limpio, cuando otros dos proyectiles golpearon sobre el cristal y un coloide amarillento anuló la visibilidad por completo. Encendió el limpia parabrisas, pero el sol inclemente ya secaba la mezcla adhiriéndola a la superficie. Tomó un pañuelo y trató de abrir un resquicio por donde mirar. Una lluvia de huevos cayó entonces sobre el auto. El vehículo detuvo la marcha al tiempo que un hacha rompía la ventanilla y la muchedumbre enardecida, en medio de una algarabía ensordecedora, arremetía contra los ocupantes. Presa del pánico, Villar se bajó del auto intentando escapar, pero la multitud lo rodeó y a empellones lo acorralaron contra el vehículo donde le propinaron patadas y golpes de puño. La sangre se le escapaba a chorros de la nariz, y aun así intentaba evitar que ésta manchara su camisa. Por e...